uno
Archibaldo tiene doble vida: Esposo, trabajador, casado con dos hijos durante el día y exhibicionista degenerado, amante serial por las noches.
Archibaldo es un romántico.
dos
Archibaldo se sube a un avión, a un auto, a un edificio, a un ascensor sin garantía, se monta una yegua, una vaca azul, una mujer, una gallina, un ave del paraíso.
Archibaldo un día se trepó a la luna y regresó con un extraño brillo en los ojos. Esa locura selenita que siempre lo acompaña.
tres
Archibaldo es un tipo, un robot, un androide, un animatronix, un dibujo, un extraterrestre.
Archibaldo es Marx, Freud, el Che, es el Cristo de la espera y tiene casi 33 años, y se escapó un instante antes que lo crucificaran.
cuatro
Archibaldo cree en la reencarnación, en la resurrección de la carne, en la santísima virgen, aunque no sea tan virgen, en los pecados excelsos, en el paraíso perdido, en el infierno encontrado.
Archibaldo es creyente durante la mañana, agnóstico en las saudades de las tardes de lluvia, y ateo en ciertas noches inefables y maravillosas.
cinco
Archibaldo cree en la ciencia hasta que aparece la magia y deja de creer. Le gusta la matemática por su inexactitud. Sabe que la poesía no existe pero la busca en las noches en las mujeres rojas y en la pulsión sexual. Le apasiona la física más allá de la metafísica. Y se vuelve infinito negando al viejo Einstein.
seis
Archibaldo es frío como la nieve, caliente como el sol, blanco como la luna, negro como el carbón, amarillo como el desierto, rojo como la sangre, azul como la poesía, verde como la espesura. Archibaldo es muy cursi con los colores.
siete
Archibaldo hace su show por las noches en callejones semioscuros entre atorrantes y cirujas en medio de cartoneros y cartoneras y sus hijos y sus bebés que aplauden y aplauden y aplauden hasta caer desmayados.
ocho
Archibaldo no conoce la poesía, nunca leyó una poesía, según él la poesía no se escribe, ni se dice, ni se canta, ni se declama, ni se publica, ni se vende, ni se concursa, ni se usa para viajar, mentir, fantasear o lucrar.
Un día encontró un poema escrito en un papel de alfajor triple de terrabusi y se lo comió.
nueve
Archibaldo dijo una noche en una conferencia en el callejón - yo soy surrealista – y todos quedaron pasmados inmóviles por el asombro con los ojos desorbitados las manos sucias el cuerpo mugriento los estómagos chirriantes entonces, aclaró - surrealista, realista del sur – ahhh se escuchó un largo suspiro, y todos siguieron mas calmados revolviendo la basura.
diez
Archibaldo dice que todos son exhibicionistas, todos sin excepción. - Yo me exhibo de noche – dice - pero ustedes, todos ustedes (y señala con su dedo a la concurrencia) se exhiben a plena luz del día -.
once
Archibaldo come moscas, sapos, ratas, gatos, perros, caballos. Archibaldo come diablos.
Pero cuando llegó Dios... ni el glotón de Archibaldo lo pudo comer.
doce
Archibaldo conoció una mujer en la plaza, una mujer rubia de ojos celestes vidriosos, de grandes pechos siliconados, contorneadas caderas que se balanceaban al ritmo de la música de la catedral. Una mujer tan rubia que parecía mentira, y movía la cabeza al compás del cu-cu de la plaza cuando hablaba de: la moda y los autos totalmente rojos la ropa, las comidas light los trapos de onda, los tubos del personal trainer el pret a portè y esa pasta dental que te hace la sonrisa alucinantemente blanca.
Archibaldo se enamoró a primera vista y ciego de amor quedó.
Pobre Archibaldo!
trece
Archibaldo salió una noche y recorrió la calle buscando su presa como un tigre siberiano al acecho, hasta que la vió: una hermosa morocha de grandes caderas caminando aburrida por la vereda del bar. Corrió sin ruido hasta la esquina de ella y esperó nervioso que llegara. Cuando apareció se abrió el sobretodo frente a ella gritándole obscenidades. Ella, lo miró a los ojos luego debajo de la cintura inclinó apenas la cabeza y le dijo: - normalmente cobro 50 nene pero a vos te hago un descuento-.
catorce
Archibaldo es un degenerado.
Los lunes a la noche se detiene frente al nocturno del liceo de señoritas, y se abre el negro, sobre todo cuando ellas están en las aulas. Entonces las señoritas del liceo desesperadas gritan, corren a las ventanas, lo invitan a pasar, le dan sus teléfonos, le tiran las remeras, los corpiños, las bombachas, le gritan obscenidades, lo insultan, lo putean hasta que finalmente Archibaldo se escapa.
quince
Cuando a Archibaldo le duele mucho la cabeza, no sale por las noches a exhibir sus genitales ante la mujeres de la ciudad. Se queda en la casa recostado en el sillón exhibiendo sus neuronas frente a la pantalla del televisor.
dieciseis
La luna no es el satélite natural de la tierra girando en una orbita elíptica a 384.400 Kmts de la tierra a una velocidad de 8.352 KMts por hora y demorando 27 días 7horas y 43 minutos en realizar una órbita completa. La luna es la linterna mágica de Archibaldo.
diecisiete
El guardarropa de Archibaldo es costoso. El traje de la comunión con el rosario de cuentas de madera, el saco azul de la confirmación, la camisa de colores de los cursillistas junto al libro secreto del opus dei, tres camisas blancas con ballenitas y gemelos de oro 18 kilates, dos camperas de invierno de apertura fácil y cinco sobretodos impecables, pero ahorra en calzoncillos y pantalones como nadie. Casi tanto como los funcionarios de turno.
dieciocho
Archibaldo tiene fiebre. 47° grados centígrados, los ojos salidos de las órbitas, el pelo chamuscado
los dientes temblorosos. Archibaldo tiene fiebre y el médico le recomendó que dejara de ver ‘Hola Susana’ por una semana.
Archibaldo ya está mejor. Se fue a comprar un sobretodo nuevo para las exhibiciones genitales del sábado a la noche.
diecinueve
Los domingos a la mañana Archibaldo juega a la pelota en el callejón.
De un lado: el cartonero premiado como el mejor laburante , el ciruja intelectual, el loco de la tijera
y los hijos del médico de la otra cuadra.
Del otro: Archibaldo, el poeta estúpido, el asesino serial (que le dicen ministro de economía), el ladrón de bicicletas de 18 cambios, cinco pibes con hambre y la esposa del funcionario.
El partido dura hasta que la luna brilla sobre los techos de la ciudad, entonces todos se van discutiendo penales no cobrados, goles efímeros estrategias de callejón, sudorosos, dueños de si iluminados por la magia del futbol, convertidos en los proximos héroes de un país maravilloso.
veinte
Una mujer en la calle grita
- Archibaldooooo Archibaldooooooo -
él se levanta de la compu, se queda quieto y escucha:
- Archibaldoooooo -,
entonces su cara se ilumina, le brillan los ojos y los dientes, rápidamente se desnuda, se coloca el sobretodo negro, y sale emocionado a la calle a buscar el amor de su vida.
...
Aldo Luis Novelli
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