... Y todo es un autorretrato. Un diario. De un solo pelo, tu ADN completo. De tus uñas. De tus dientes. Los detalles forenses. Todo tu historial médico. Todas las medicinas que has tragado desde el pediatra. Los callos en tu mano dicen todos sus secretos. Tu acento. Tu sudor. Tu olor. Las arrugas alrededor de boca y ojos. Lo que comes. Todo lo que haces deja rastro. Huellas dactilares y restos orgánicos en teclados, cajeros automáticos, asientos y moquetas. Compras en hiper-mercados. Cada cosa que miras, que lees, que acostumbras, que gustas. Tu basura. Tu factura del móvil. La bandeja de entrada del correo. Las veces que entras en una estación. Las veces que paras a repostar en una gasolinera. Todo es un autorretrato. Es todo eso lo que hace imposible desaparecer completamente.
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