Yo no soy Picasso. Tu no eres una princesa danesa.

Yo no soy Picasso, Tu no eres una princesa danesa. Ellos no son la Santa Inquisición. El resto de los sitios son no-sitios. Y amanece en Madrid, pero ya no estoy solo. Desayuno de invierno, café doble irreversiblemente roto, cortado con una gota de leche que escurre del pezón izquierdo de una mujer bronceada con aceite de zanahorias. Movido ligeramente con muy poco azúcar y no demasiado caliente, no demasiado frío. En la pantalla, Google me avisa que ésto es el dudoso blog de Bruto. Eso ya lo sabíamos tu, yo y el otro. Dudoso de fin de semana, de cortinas hechadas y de carnavales de barrio. Dudoso de mujeres imposibles y hombres que están tristes de tanto dudar. Sexo chungo y princesas danesas que no sonríen cuando las insultan. Tatuajes de bolsa de doritos que se transfieren con un poco de agua sobre tu culito. Pornografía socialista y filosofía barata. Amores difíciles y canciones de musicassete. Literatura cruda. Fresas. Speakers. Rimas ramplonas. Asesinos en serie. Y al final, esto no es un blog de culos y tetas, pero a la vista está, aquí no hay otra cosa que culos y tetas. Yo franquicio en blogger, y no pido respeto. Yo no tengo problemas con los Rolling Stones, nosotros rompimos sus guitarras. Yo no tengo problemas con Zapatero, él también tiene un discurso dudoso. Y no hay problemas, ni atascos, ni hojas de reclamaciones. No hay economía. No tengo problemas con la crisis, lo peor que me puede pasar es que tenga que ponerme a trabajar. En las condiciones de servicio de blogger, te lo dejan muy claro. No me quejo. Así que mientras tanto... mientras embalo mis cosas y me abro otra chabola, aquí vuelvo con La vigilia. La merienda. Un simulacro de contenidos cerrados. El amor. El desamor. Otro Rock. Un beso. Y un bienvenidos al dudoso blog de Bruto.

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