miércoles, 30 de julio de 2025

Posibilidad





Déjalo atrás en la siguiente ciudad del siguiente

país cuya lengua solo conoces a medias, es decir hasta

la página ochenta y ocho de la biografía de Gottfried

Benn, quien había visto el famélico animal de la guerra penetrando

las calles de Berlín por las que Käthe Kollwitz iba​​

de casa al taller, del taller a casa, acariciando​​

la piedra largo tiempo hasta que se transformó en el cuerpo

de su hijo muerto.​​



Los candelabros de los castaños se apagan lentos, el viento

arrecia y el sauquillo huele en el jardín, entierran​​

a unos desconocidos en una tumba grande como un lago,

abrazados entre ellos en el fondo, los cubrimos

con una cálida manta de memoria, no los despertamos,​​

soñaremos con ellos, nos acostaremos

en sus camas, llevaremos sus nombres, flirtearemos

con la nostalgia, pero​​ toutes proportions gardées,​​

las noches son tan cálidas y un camarero italiano

te dice:​​ Cara.



Así pues, déjalo atrás, ve al museo y mira

los árboles, esa sinfonía de ramas, esa aria de hojas,

tu vida en cuatro imágenes, el triunfo​​

de la hierba, la frecuencia del paso del tiempo como​​

una válvula del corazón que libera oxígeno, y después

invita a alguien a casa, el ruibarbo tiene un sabor

ácido, invita a vivos y a muertos, y hablad,

tenéis tan solo una posibilidad, y tantas perdidas.​​


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