jueves, 31 de julio de 2025
Ahora
Cualquiera que sean las bocinas de niebla
las voces de los sentimientos terribles
esta noche, simplemente terribles, y aquí
junto a la ventana que mira
hacia las aguas pero está ciega, yo
he estado durmiendo,
pero ahora estoy despierto.
En la noche observo
cómo las pequeñas luces
de los barcos salen
hacia nosotros y se pierden de nuevo
en la niebla que se tambalea sobre el mar:
es como si en esa ausencia no muchas
sino una sola luz gesticula
y disminuye como el significado
a través del habla, negligentemente
bailando al llamado
de las bocinas de niebla como la única
nota que prestan de voz
a voz. Y así tiembla mi vida,
y cuando me vuelvo de la ventana
y del dolor del mar, la habitación
se llena de una oscuridad
lujosa y frondosa de la que nadie
será jamás arrancado,
y los sentimientos que tengo
nunca deben ser expresados.
Oscuridad, mi nombre es Denis Johnson,
y estoy casi listo para
confesar que no es algún terrible
malentendido lo que me ha traído
aquí, con los brazos llenos de los fantasmas
de las flores, a arrodillarme a tus pies;
casi listo para ver
cómo en cada giro elegí
este camino, este lugar y esta frontera
del océano sobre la tierra con las bocinas reclamando
que puedo seguir adelante si solo doy un paso
donde no puedo respirar. Mi abrigo
es lepra y mi daga
es una mentira; ¿debo
deshacerme de ellos? ¿Tengo
que acabar con mi vida para
empezar? Música, tú eres luz.
Agonía, tú eres solo lo que me inclina
de momento a momento, luz
a luz y palabra a palabra,
y estoy aquí en las aguas
porque en este espacio entre espacios
donde nada habla,
yo soy lo que dice.
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