«Revisé mi teléfono: no tenía mensajes. Para eso están los teléfonos móviles, para darte cuenta de que nadie piensa en ti. Antes, siempre podías soñar que alguien intentaba contactarte, hablarte, amarte. Ahora vivimos con este objeto que materializa nuestra soledad.»
David Foenkinos, «La tête de l’emploi»
No hay comentarios:
Publicar un comentario