Quiero hacer una pregunta aterradora,
“¿Qué hora va a ser?”
Que el domingo nunca llegó,
mintió, hablando en lenguas,
calurosa caminata por Nueva York, en eneros llenos de humo,
mi espalda está quemada por la luna,
y me duele el brazo
los blues vienen cabalgando,
ecos introspectivos de un viaje,
la verdad es una guitarra en llamas,
te bajas en la calle 59 para siempre.
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