jueves, 1 de agosto de 2024

LOS LIBROS SON ARMAS QUE EXPLOTAN


Yo siempre he pensado que, el ser escritor, en mi caso, y el ser hombre, son cosas que no son separables en este mundo, ni en otro mundo, son en términos médicos inoperables. Se es escritor en cuanto hombre y se es hombre en cuanto escritor. Ese es mi punto de vista, y ese era mi punto de vista cuando yo era mucho más ignorante que ahora, y muchísimo más joven que ahora. Recuerdo desde mi época de estudiante de humanidades y aun de mi época de infancia, que yo me enfrentaba al mundo sin darme cuenta por supuesto, y ahora intuyo que era así, como un probable tema, como un tema que me era obligatorio tratar o recoger, y por supuesto hacer lo posible por expresarlo con autenticidad, con veracidad, sin mentiras. No sé si usted se acaba de referir en su larga pregunta, y si no lo recuerdo, está bueno que ya se vaya diciendo, que yo siempre he pensando que toda novela es realista, que sólo existe la literatura realista. Es decir, la literatura extraída de la vida, la literatura que es expresión de la vida y que no es fuga de la vida; que no es una tergiversación de la felicidad, de la desgracia, la alegría, de la aventura, de la desventura. En ese sentido, tal vez usted tenga razón, al decir que en mis novelas mis personajes aparecen como seres golpeados por el destino, o por los hombres que manejan este destino, por la naturaleza o por los hombres que se aprovechan de la naturaleza […] El escritor se transforma en bomba, porque para mí la palabra es una explosión. Para mí si los militares, los gorilas matan a los escritores o queman sus libros están procediendo de acuerdo a su sicología de gorilas, porque un libro es en realidad un arma peligrosa.

“Los libros son armas que explotan”, entrevista clandestina (05 de julio de 1975) recogida en el libro Sobre la ausencia, edición de Roberto Contreras, Lanzallamas Libros, 2009.

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