Mis días de agua en Almería son de descanso. Duermo por la noche y al mediodía sobre la cama y luego duermo sobre la toalla a cualquier otra hora del día, mientras tomo el sol en la playa.
Son días de agua porque la rutina es eso, estar en el agua, bajo el agua, sumergirse, mojarse y luego secarse al sol o con la toalla. Agua, cerveza, vino y cava. Comida fresca mejor sin cocinar.
El día continuo es una ducha en casa al despertar y luego una ducha de piscina, piscina, piscina, ducha de piscina, mar, toalla, mar, toalla y luego mar y toalla y ducha de playa, ducha de piscina, piscina, ducha en casa y siesta y después playa, toalla, playa, toalla y playa, ducha de playa y luego ducha en casa y cama. Estoy limpio, cada vez más limpio. Cada día más descansado y más limpio.
Son días de agua en Almería, como un continuo que fluye.
Ahora que recojo para marcharme, de vuelta a Madrid, empieza a llover. Ya estamos en Septiembre. Miro el agua caer en la piscina y las nubes al frente sobre el litoral. Paseo bajo la lluvia por el puerto y no llevo chaqueta ni paraguas porque no traje.
Ahora es la lluvia la que me limpia, terminando mis días de agua en Almería.
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