Algunas cosas se hacen tan nuestras que las olvidamos, como nuestro olor, nuestro tono de voz o el sentido de nuestros pasos.
Muchas veces son los demás los que nos explican cómo somos, porque en realidad son los demás los que nos conocen. Nuestro conocimiento de nuestra propia imagen es un reflejo de espejos o fotografías. Es la imagen inversa de nosotros mismos que miramos y que siempre nos causa un poco de estupor. Como escuchar nuestra voz. Porque nos sentimos de una manera diferente a lo que somos.
Nunca vamos a ser dueños de nuestra imagen. Nuestra imagen es de los otros. Los únicos que nunca vamos a tener la posibilidad de vernos directamente somos nosotros mismos. Por eso, cuando pensamos en nosotros mismos, pensamos en lo de dentro y así es como somos y luego pensamos en lo que somos por fuera, aunque realmente no sabemos cómo somos por fuera..
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