lunes, 1 de noviembre de 2021

En el rodaje


Debajo de casa siempre están de rodaje. Me levanto y la calle siempre está llena de gente que se dedica a reservar plazas de aparcamiento, tirar cable, encender focos o decir que "no pases" y que "no hagas ruido" solo "un momento" mientras ruedan una escena y luego otra y luego otra más. Así todos los días.

El "un momento" se repite cada vez que entras o sales de tu casa o vas y vienes del supermercado o de la panadería o de la oficina de correos. El "un momento" cuando vas o vienes de trabajar o simplemente sales a tirar la basura. A veces no puedes ni continuar una conversación telefónica porque ese "un momento" que te piden también implica que no hables, que acabes tu llamada, que no hagas ruido y que estés quieto.

El mundo se para. La realidad se detiene en favor de la ficción. Tú no tienes que hacer nada más que detenerte, esperar,  y estar en silencio mientras se filma una ficción.

La realidad no supera la ficción porque la ficción se impone. Netflix manda. Millones de personas mirando la televisión visionando maratones de series en cadena mandan.

Si tu casa o tu calle se convierten en un plató de cine, estás jodido. Porque ahora no se rueda una escena para una película de 90 minutos sino que se ruedan series interminables que tardan meses en irse de debajo de tu casa. Tu casa y tu calle se convierten en un escenario donde sin querer formas parte de un decorado.

El rodaje cinematográfico es egoísta y no respeta los espacios públicos como ajenos, sino que se apropia de forma invasiva de lo que se señala como una localización. Y en ese momento dejas de vivir en tu calle para empezar a vivir en una localización.

Vivo encima del bar de la lotería de navidad del año 2014. Ese bar donde el dueño-camarero le guardaba el décimo al pobre hombre que todos los días se tomaba el café pero no quería dejar veinte euros para un décimo. Ese anuncio hizo llorar a un montón de gente en este país y el bar se hizo famoso. 

El dueño, el de verdad, murió en medio de la pandemia por coronavirus y el bar nunca cerró porque mientras Hernán, el dueño de verdad, no el del anuncio, el de verdad, moría asfixiado en el Hospital 12 de Octubre, en el bar estaban de rodaje. 

A nadie le importó. El cine es una industria que pasa por encima de todo este tipo de accidentes. Si vas a rodar a una casa donde el dueño se muere, pero la casa sigue en pié, el rodaje no se para, porque lo que importa es la localización.

Los rodajes son incómodos y contaminantes. El impacto en la localización donde se rueda casi siempre es negativo y no beneficia a los vecinos, ni a los negocios locales, ni mejora el barrio de ninguna manera. Por eso no hay rodajes en barrios bien.

Reservar plazas de aparcamiento en Madrid sale a céntimos el día. Y el paso siguiente a esta reserva es adueñarse de la calle. Nadie es dueño de una calle, pero el rodaje presume de haberlo pagado. 

Las productoras se han dado cuenta que es más fácil dar por culo en un barrio de mierda como Villaverde que dar por culo en el centro de Madrid. A partir de este momento una productora tras otra han entendido que venir a rodar debajo de mi casa es mucha mejor opción que tener que discutir si se puede o no parar una calle, del centro de Madrid, a voluntad. Tal vez porque es mas fácil no discutir con los pobres.

Aquí, debajo de casa no se andan con disimulos, paran a la gente, paran el tráfico, enchufan los focos en los balcones de gente mayor que no entiende nada de lo que está pasando y hacen de las calles una trampa para la gente con problemas de movilidad. Aquí no se tiene que pedir disculpas. Se comprende que en un barrio pobre la gente tiene que aguantar, porque saben aguantar y así lo han hecho siempre.

Un día cualquiera, de camino a casa, voy hablando por teléfono y de pronto me cruzo con José Coronado entrando, pistola en mano, en el bar de abajo de casa. En ese momento pienso en lo absurdo de ir hablando por teléfono y cruzarte con Coronado entrando a pistola en el bar de abajo de tu casa. Dices: ¡Qué ridículo todo esto! Espero que en pantalla esto tenga alguna credibilidad, porque parece un chiste.

Otro día un cordón policial y otro un coche derrapando. Hace gracia porque los cordones policiales no son así y los coches tampoco hacen esos derrapes cuando salen de un atraco. El mundo que retratan es totalmente irreal. Gente que no sabe nada de lo que pasa en los extrarradios haciendo retratos de delincuentes imaginados. 

Realizadores mediocres que fabrican nuevos kistch de un Lumpen madrileño de extraradio totalmente irreal. Un imaginario basado en la narrativa de Martin Scorsese y que no entiende que Vallecas o Villaverde o Carabanchel no son un suburbio de Nueva York.  Mucho atrezzo, mucho maquillaje y mucha estupidez. 

Menuda panda de gilipollas esta generación de realizadores españoles promocionados vía Telecinco y TVE a través de series como "Al salir de clase", "Cuéntame" o similares. El que está debajo de mi casa le conocí hace más de veinte años, bastante más, en la prehistoria. Fui su ayudante de dirección en una campaña del cambio de moneda de peseta a euro. Espero que haya cambiado porque por entonces trataba al equipo como a la mierda, y el conflicto que tuve con él es por que pretendía que yo fuese su perro ladrador. Le mandé a la mierda y el rodaje casi no termina porque todo fue un desastre de egos hinchados.

Ahora me lo cruzo cuando salgo a tirar la basura y no me reconoce. Soy educado y si me piden que espere un momento digo: Claro, espero, no pasa nada.

He conocido a varios de estos realizadores trabajando para ellos. Hay otro que  ¿Cómo se llama éste? Ah, Sí, ya me acuerdo... Fernando G.M. Me dejó a deber 2500 euros y me amenazó a través de sus vasallos con un "Tú tienes más que perder si te pones a reclamarme lo que te debo".

Luego he visto a toda esta gente haciéndose la foto por cualquier causa de éstas en las que no creen, pero que dicen que sí, que creen. Porque si son de cine tienen que creer en causas, pero ajenas, lejos, que no les salpique. Pagar al que te hace un trabajo en tu casa, NO, a mí mejor no me pagues, casi mejor me amenazas con hundirme para siempre. Pero decir en TV que está muy mal que se abuse de cualquier otro, Sí, eso Sí, porque como realizador cinematográfico hay que estar comprometido. Pero así como que no sean causas de cerca, sino de lejos, que son más fáciles de defender. 

Así es esta gente del cine. La que dirige películas y series en barrios como el mío, que les parecen auténticos porque son los barrios donde nunca vivirían.

Desde entonces y hasta ahora, salgo a la calle y un día me encuentro a Coronado corriendo y dando voces con una pistola en la mano mientras entra en el bar de abajo. O me levanto y han montado un cordón policial alrededor de mi portal. Otras veces, salgo a sacar la basura y me dicen que si no llevo mascarilla puedo circular como un extra cualquiera mientras ruedan la escena, porque en la ficción no hay gente con mascarillas.

Es curioso que el covid se ignore por completo en la ficción. 

No les viene bien.


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