Es absurdo no saber adónde ir. Caminar sin destino mientras te vistes las calles como un abrigo. Ciertas casas son amigas y te invitan a entrar y ciertas casas no pueden visitarse nunca más. Puertas que se abren y puertas que se cierran. Todos los viejos líos de amor acechan en los portales. Detrás de las ventanas las mujeres envejecen y tu también envejeces. La dejadez se hace más fuerte que el deseo. Has rechazado numerosas invitaciones, dejado a los teléfonos sin respuesta, dicho “No” a los pocos que te necesitaron. Qué inútil es saber que donde quieres ir es ningún sitio concreto. Los trenes no te llevarán allí, Los autobuses pasan sin parar, no hay taxis libres.
Versión libre de un poema de Brian Patten
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