lunes, 28 de octubre de 2019

la pobreza de la abundancia


La satisfacción de las necesidades elementales sigue siendo la mejor garantía de la alienación, lo que la disimula mejor al justificarla en base a una exigencia inatacable. La alienación permite innumerables necesidades porque no satisface ninguna. Hoy la insatisfacción se mide por el número de coches, frigoríficos, televisores: los objetos alienantes ya no tienen la astucia ni el misterio de la trascendencia, están ahí en su pobreza concreta. Hoy es rico el que posee mayor número de objetos pobres.
Hasta ahora, sobrevivir nos ha impedido vivir. Por ello hay que esperar mucho de la imposibilidad de sobrevivir que se anuncia desde ahora con una evidencia tanto menos contestable cuanto que el confort y la superabundancia en los elementos de la supervivencia nos llevan al suicidio o a la revolución.

Banalidades de base 
Raoul Vaneigem

Publicado en Internationale Situationiste # 7-8 (1963). Traducción extraída de Internacional Situacionista vol. II: La supresión de la políticaMadrid, Literatura Gris, 2000.

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