"Aunque ello pueda parecer fuera de razón a quienes estén ajenos al quehacer poético, el poeta exige un tipo de sociedad en el que el recogimiento, el retiro, sea un derecho natural. Exige la posibilidad de meterse entre la muchedumbre y salir de ella con la misma facilidad con que entra y sale de su casa. Acusa al mundo moderno de haber invadido su rincón de soledad, de haberlo llenado de preocupaciones y de rumores, de haber introducido en el la política y las guerras totalitarias. En consecuencia, el poeta se ve obligado a exigir, por razones poéticas, que se transforme el mundo. Y no cabe afirmar que tal exigencia sea desmedida: constituye la condición primera de su existencia.
(...)
Resulta muy difícil para el artista aceptar en el seno de la sociedad esta tarea, que no le comporta agradecimiento alguno: mantenerse aparte y, sin embargo, actuar como intermediario; comunicar a la sociedad algo que le es tan esencial como el pan y el agua y, sin embargo, poder hacerlo solo desde una posición de aislamiento y desapego. La sociedad nunca llegara a comprender y amar al artista, porque nunca llegara a estimar su indiferencia, su así llamada objetividad. Mas el artista debe aprender a amar y comprender a la sociedad que lo rechaza. Debe aceptar tan dura experiencia y apurar, como Sócrates, la copa mortal. "
Herbert Read
Anarquismo y poesía (fragmento)
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