domingo, 9 de junio de 2019

INTENTANDO SOBREVIVIR



Por la radio están retransmitiendo un partido:
El Barcelona contra el Ferencvaros. 
Spaski está perdiendo,
El Presidente está en su cazadero público,
Las putas dan vueltas por el barrio chino,
Roberta Flack está cantando Will you love me tomorrow,
Unos croatas idean el secuestro de un avión sueco,
Y Cristo en el Tibidabo divierte a niños y turistas.
Desde Munich llegan noticias desanimadoras:
Siempre hay alguien que deteriora el buen humor
Al mundo civilizado.
Se juega el segundo tiempo,
Yo me estoy tomando una cerveza rancia
En una maloliente taberna del puerto;
Mientras, en mi cabeza, doy vueltas
Y más vueltas a una vieja idea:
Este morir es demasiado lento
Y esta vida, en su límite final,
Cansa tanto. 
Y así van las cosas;
Como en su tiempo dijo Nietzsche,
Dios no existe, sólo el deporte
Y, hasta cierto punto, la muerte
Mandan en el mundo.
Donde quiera que mires
Todo es competir y pasar: Nada perdura.
Ya nada es como fue.
Tampoco los húngaros
Son lo que fueron:
Así dice la radio en el estante.
Me digo: Tampoco yo soy yo.
Y acaso, ¿hay alguien que sí sea?
¡Qué difícil es hoy ser digno!
Cuando salgo de la taberna,
Una puta me mira con ojos
De tristeza incontenible, como si hubiera
Traicionado lo que un día fuera su esperanza.
No tiene idea de cuántos golpes he dado
Deambulando por el mundo
Con el anhelo silencioso de curar a la especie.
Yo no dudo, he cumplido: lo mío
Lo mejor.
No es culpa mía
Si hoy en día los pescadores, jugadores de golf,
Cazadores de caza pequeña y otros humanistas
Programan nuestras vacaciones. Y le digo a la puta,
Te equivocas, no soy él que tú piensas,
Yo sólo me preocupo de los despojos
De la dignidad de la humanidad entera.
Alguien debe hacerlo.
Yo tampoco, dice ella.
Lo sé, hermana, digo yo
Como pequeña historia sentimental.
No resulta fácil caminar sobre la mierda;
Salgo bajo el sol amarillo de humo azulado
Y camino como un boxeador vencido:
Cabizbajo, con la noche
En los ojos, y el rabo
Entre las piernas; pero sigue el calambre, los músculos tensos
Y los tendones a punto de estallar,
Como si me estuviera abriendo paso en una falange
De Alejandro Magno, o en una cámara de gas,
O en las arenas movedizas;
Hago con la mano la señal de mi último 
Adiós y me abro paso,
Me diluyo para volver
A las cálidas entrañas de mi anciana madre.
Y es ahí cuando me paran los automóviles en un cruce
Y sé que no hay regreso: Qué lejos está mi Vieja
Podrida como una col olvidada en la huerta de la lluvia.
Vida, años y cáncer; este round
No tiene gong, este match se acaba en el silencio.

Y por más que me consoléis con cosas exquisitas, digáis lo que digáis,
Yo diré: No le tengo envidia a nadie
Ni tampoco hay que tenerme envidia a mí;
Por más que yo os haga mal o bien,
Aunque os invite a un café al Ópera
U os ponga una bomba debajo de la cabecera
El mal no fue idea mía.
Yo sólo estoy intentando sobrevivir,
Igual que Janko Políc se murió
Entre las putas.


Boris Maruna

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