No tienen pausa ni alma.
Las personas son como los hoteles,
para los tipos como yo,
esos que nunca permanecen.
En mis mejores días,
salgo a la calle a mirar los carteles de 'Se vende',
con la certeza de que tras el número de teléfono
no me aguarda hogar alguno.
En los otoños,
donde suelo estar,
soy simplemente un sin techo.
...
Juancho Marqués
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