Después de nuestra muerte se deberá meternos en
una bola, esta bola será de madera de varios colores, y se la hará rodar para
conducirnos al cementerio, y los enterradores encargados de ese cuidado
llevarán guantes transparentes a fin de recordar a los amantes el recuerdo de
las caricias. Para aquellos que deseen enriquecer su mueblaje del placer
objetivo del ser caro habrá bolas de cristal a través de las que se advertirá
la desnudez definitiva de su abuelo o de su hermano gemelo.
Hay gentes que tienen la cabeza abajo, como las plantas, y que miran con los pies.
El conocimiento y la moral no son más que papel para las moscas…
Todo es veneno, excepto nuestros hábitos.
Es necesario comulgar con chewing-gum.
Hay gentes que tienen la cabeza abajo, como las plantas, y que miran con los pies.
El conocimiento y la moral no son más que papel para las moscas…
Todo es veneno, excepto nuestros hábitos.
Es necesario comulgar con chewing-gum.
Francis Picabia: El ojo frío
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