miércoles, 24 de octubre de 2018

El Ojo Frío


Después de nuestra muerte se deberá meternos en una bola, esta bola será de madera de varios colores, y se la hará rodar para conducirnos al cementerio, y los enterradores encargados de ese cuidado llevarán guantes transparentes a fin de recordar a los amantes el recuerdo de las caricias. Para aquellos que deseen enriquecer su mueblaje del placer objetivo del ser caro habrá bolas de cristal a través de las que se advertirá la desnudez definitiva de su abuelo o de su hermano gemelo.
Hay gentes que tienen la cabeza abajo, como las plantas, y que miran con los pies. 
El conocimiento y la moral no son más que papel para las moscas… 
Todo es veneno, excepto nuestros hábitos. 
Es necesario comulgar con chewing-gum.

Francis Picabia: El ojo frío

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