martes, 24 de abril de 2018

Vamos para MIAMI



Rico en asombros, y no en certezas, vuelo mañana hacia Miami desde Madrid.
Solo necesito una manga corta y dos maletas para llenar de ropa barata a la vuelta. 
Al aterrizar, ya sé que el movimiento es férreo y constante, los autos congestionan las autopistas, los edificios se montan en el aire, las urbanizaciones se toman el pantano por asalto, los pobladores llegan de cualquier sitio, los acentos, los idiomas, los intereses se suman y no dan tregua a esta centrífuga de emociones y rupturas. La ciudad crece y desmonta su título de un incipiente letrero colgado en la geografía de un páramo olvidado. Todo se mezcla, el tiempo no se detiene, los vencedores de anteayer y los vencidos de ayer se conjugan en un presente y un futuro entrelazado.
Hablamos el mismo idioma y no importa mi falta de Inglés.
No creo en nada.
Prometo volver.
Me emociono de la energía que desprende este País.
Vamos para Miami.
Luego te cuento.

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