Cuando tenía 20 años bromeaba con mi amigo sobre como escribir una novela completa en una sola noche. Lo prometía todas las noches y todas las noches no hacía otra cosa que beber y caer inconsciente al final de la noche sobre mi cama. Por la mañana, mi amigo me llamaba y preguntaba si ya había conseguido escribir la esperada novela, y yo le volvía a prometer que la noche siguiente escribiría la novela que le había prometido. Pero una y otra noche volvía a emborracharme y aunque los dos sabíamos que la novela que debía escribir era un gran libro repleto de grandes momentos, no conseguía llegar nunca a casa con las mínimas capacidades para escribir nada.
Mi amigo me hablaba de Bukowski. Ese borracho escribía del tirón 10 páginas cada vez que se sentaba frente a una máquina de escribir. En "Mujeres" cuenta que una noche llegó a 25 páginas. Y siempre borracho. Creo que mi amigo me quería dar ánimos, poner el ejemplo de Bukowski para decirme que yo podía llegar borracho cualquier noche y escribir del tirón una gran novela.
Ahora sé que nunca escribiré una novela, que la verdadera razón para no escribirla cuando tenía 20 años era que en realidad no tenía nada que contar.
Igual que ahora.
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