jueves, 26 de octubre de 2017

Disculparse a menudo puede ser tan simple como no arrepentirse de nada



A las 4 de la mañana ella está en su cama. La amas en ese momento, ¿Verdad? Se envuelve en el edredón como una capa, asoma solo la cabeza. 

Lo que tu dices: "No sé qué hacer. Nunca he conocido a nadie como tú"
Lo que ella contesta es mas simple: "Dame un beso"

Y así fué. 

Piensas que le comes la sonrisa y respiras su aliento y tus pulmones se llenan una luz tan luminosa como la del sol.

"Dime un secreto". Ella siempre está diciendo estas cosas.
Tú siempre contestas cosas como: "Te he dicho todo ya"
Ella repite: "Dime un secreto"
Dices bajito: "Te amo"
Ella repite: "Dime un secreto"
Cierras los labios: "Siempre te he amado"

Y así acabó la noche. Un día cualquiera en una tercera planta de un barrio de las afueras una ciudad como ésta, un día que nadie rodeó con un círculo.

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