sábado, 8 de abril de 2017

Zona temporalmente autónoma



Al principio de todo, ella me dijo que era una tormenta con forma de niña. Construí un barco y me besó en los labios, olvidé todos los naufragios que había causado y zarpamos mar adentro. 

Luego pasó el tiempo.

Crecer significa que solo quedan hábitos rotos. Todo lo que pensabas que iba a durar para siempre, no lo hará. La verdad se acabó. La fe se acabó. Todas las décadas están por acabar.

Después, todo es mentira. Esto incluye hacer muchas cosas nuevas para disimular: Morderte las uñas, consumir mucho alcohol, escribir poemas tristes. Fumar. Intentar llenar la vida de sexo compulsivo. Comprar muchas cosas. Olvidar los nombres de tus amigos de la infancia. Cambiar de ropa y de peinado. Flirtear con las drogas. Ascender en el trabajo. Robar, mentir y matar si es necesario. A esto le dedicas al menos 30 años.

R.E.A.L.I.Z.A.R.T.E. es como llamas a tu degeneración. Todas las segundas veces son un poco menos ciertas que las primeras. Pero insistes una y otra vez, como si no hubieses perdido la esperanza. ¿Quién eres ahora? La copia de la copia de la copia de la copia de ti mismo. 

La vida pasó. No estamos al principio, pero tampoco estamos al final. Esperas centrar tu pensamiento en una zona temporalmente autónoma. Un franquiciado del paraíso.

Estás solo, pensando en cómo has llegado hasta aquí.

1 comentario:

  1. "La copia de la copia de la copia de la copia de ti mismo." De eso que te dejaron ser.

    Brutal y veraz.

    Saludos,

    J.

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