Adaptarse a una nueva vida provoca extrañeza. El sentimiento es de incertidumbre. Todo el tiempo descolocado, pensando que todo es normal aunque no lo parezca. Todo el tiempo tratando de recordar que el crecimiento es hermoso y que floreceremos en primavera. Pensar en alejarse de las ruinas y centrarse en la reconstrucción. Pensar en encontrar la miel donde una vez hubo una masacre. Dejar entrar al León en la jaula y encontrar la curación, mientras piensas que en menos de un mes nuevos brotes asomaran sobre la tierra que pisas. Y si no, que sea el final.
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