sábado, 21 de mayo de 2016

Brett Easton Ellis me trajo aquí


Brett Easton Ellis me trajo aquí. 
Brett es un Hijo de la Gran Puta que dice que somos todos una panda de llorones.
Brett Easton Ellis Tiene razón.

Henry Miller me mostró la importancia de sentirse vivo en todo momento.
Incluso cuando estás bien jodido o cuando parece que no pasa nada.
Henry me convence de que lo importante es la biografía.
Y el Aquí y el Ahora.

Jack Kerouac me hizo caminar.
Contar los pasos hasta el infinito.
Sueño que Jack me da las buenas noches después de desfallecer sobre mi cama,
después de agotar mi cuerpo haciendo todos los Kilómetros que puedo hacer en el día.

Bolaño me hizo ser exquisito después de cumplir cuarenta.
Se me hace increíble que alguien pueda escribir tanto y tan bien.
Qué pena me da que alguien así se muera tan pronto.

J.C. Ballard me abrió las puertas de la inmensidad.
Busco de librería en librería todos los libros que puede haber escrito J.C. Ballard.
Me hago fan.

Siempre es buen momento para volver a empezar a leer Viaje al fin de la noche
de  Louis-Ferdinand Céline
De hecho, creo que es suficiente.
Si tienes ese libro, no hace falta leer nada más.


Hugo Vera Miranda se me adelanta
y cuenta las cosas que me hubiese gustado contar, mucho antes y mucho mejor.
Eso me permite dedicarme al dibujo y a nada más.

Yo, nunca leo poesía.
Y ya no quiero leer prosa, solo tebeos.
Pero de vez en cuando, a escondidas, cojo algo de Norman Mailer
o de Nabokov
o de Ciorán
o de Allen Ginsberg
o de William Burroughs
o de  Joseph Conrad
o de Bukowski
o de Malcolm Lowry
y siento como se me entumecen los dedos de los pies.

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