2. Escribe para un lector concreto, alguien a quien conozcas y respetes.
3. Abre con una imagen que sacuda al lector y lo meta de lleno en la novela.
4. Cada personaje debe necesitar algo desesperadamente, aunque no lo sepa.
5. Conoce a tu villano tan íntimamente como conoces a tu héroe.
6. Dale a cada personaje una voz que el lector pueda reconocer.
7. Debes saber lo que hacen tus personajes cuando no están dentro de tu libro.
8. Describe pronto a tus personajes, antes de que el lector se haga una imagen que luego vas a contradecir.
9. Planta un conflicto en cada escena, incluso cuando sólo hay una persona en la habitación.
10. Deja que tus personajes te arrebaten la historia y te sorprendan con el final.
11. La violencia es como el romero: una gota da para mucho.
12. Lo mismo va para el punto y coma.
13. Cuando creas que tienes el manuscrito final, quítale 10.000 palabras.
JOHN VERDON, Eldiario.es, 28 de noviembre de 2013 (AQUÍ)
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