Chali el taxista (pronunciado Charlie sin la 'r') me contó que desde que dejó de beber se siente más conectado con el mundo, que puede sentir la energía de la gente. Me dijo que algunas personas tienen buena energía y otras mala. Y esa gente, la de la mala energía: No importa lo que intenten hacer, todo les saldrá mal, su energía es mala.
La gente como Hitler. Chali me contó la historia de cómo, cuando Hitler era joven, su maestro no quería enseñarle a leer porque le daba mal rollo ver que en su mano no existía la línea de la vida. Al profesor le parecía un espanto de niño, un ser borroso. Así que Hitler volvió a su casa y talló una línea de vida en la palma de su mano, dejó que se curase y luego regresó a la escuela un par de semanas más tarde. El maestro le enseñó a leer. Dijo que Hitler estaba loco, pero que todo el mundo necesita estar un poco loco para tener éxito. Para tener éxito hay que hacer la misma cosa una y otra vez y estar un poco loco. Chali me dijo que voy a tener éxito, y que parecía poseer una energía renovada. La energía del plexo solar que viene desde la oscuridad y vuelve a la luz. Chali me dijo que ... Habíamos llegado a mi hotel. Me dio su tarjeta para que le llamase para llevarme al aeropuerto cuando me fuese. Chali era un tipo de una gran sonrisa.
Hice una línea recta por el vestíbulo. Al principio sólo vi a Fede, el director de noche. Antes de llegar al ascensor me cruzo cara a cara con dos chicas con patines en bikini que se dirigen a la piscina riendo y bebiendo un líquido rojo de tazas de café. La rubia que me ve entrar, dice "¿Qué haces forastero? ¿No pensarás en irte a dormir tan temprano?"
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