Los automóviles se llenan de gente y de maletas se llenan de ropa. Las salidas de la ciudad se atascan todas a la misma hora, para terminar llenando las autopistas al atardecer. El aire acondicionado de los coches y el zumbido de la música tras los cristales se convierte en un intenso zumbido motorizado. una sinfonía anónima sobre el alquitrán caliente de la carretera. Las playas y los hospitales van a terminar de completar aforo en unas horas y todo el equipaje va a estallar. Después, un poco mas tarde, todo quedará vacío. Todo permanecerá quieto.
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