La bestia asoma su hocico a través de la primera línea del maizal. No entres. Toma precauciones. No te hagas el valiente. Es la Bestia. Es el final. No hagas de esto un heroico suicidio. Ya se que los suicidas poseen un lenguaje especial. Que hablan como los muebles que has puesto al sol, para que sequen o encojan o simplemente cojan temperatura. Todos muertos. al final.
La muerte es un hueso triste, lleno de golpes, dirías, y a pesar de todo, ella me espera, año tras año, para reparar delicadamente una vieja herida, para liberar mi aliento de su dañina prisión.
La muerte es un hueso triste, lleno de golpes, dirías, y a pesar de todo, ella me espera, año tras año, para reparar delicadamente una vieja herida, para liberar mi aliento de su dañina prisión.
Algo sin decir, el teléfono descolgado. Dejando la página del libro abierto descuidadamente.
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