miércoles, 11 de enero de 2012

Entusiasmados



El problema no son las copas, ni la coca, ni las llamadas de teléfono, ni la velocidad, ni las gafas de sol en invierno. No es un problema el carnet sin puntos, ni llegar tarde al trabajo los Martes, jueves o Viernes. Todo ésto no tenía porque ser un problema. El problema de verdad es la resaca. Cuando tienes resaca, de golpe te acuerdas de lo que ha pasado la noche anterior, los patinazos y las meteduras de pata que has cometido, la gente que has insultado, las chicas a las que has molestado, lo que tiraste y el problema con los papeles del coche, todas estas cosas que tendrás que solucionar, mejor mañana. Todas las tonterías que soltaste por tu boquita y los secretos sobre ti mismo que soltaste. Que le vamos a hacer, eres un capullo integral, lo sabes, todos lo saben, y te das cuenta que no tienes solución, hueles a mierda, a tabaco y a Ginebra y estás solo, ni siquiera fuiste capaz de llevarte a casa una mujer con la que abrazarte en tu dolor. Lo estropeas todo, y entonces te das cuenta que no tienes ganas de seguir viviendo; sólo cuando tienes resaca y piensas en el suicidio, de golpe se te ocurre la frase escondida... ¿qué será de ti? ¿y sabes qué?, ahora pienso que incluso lo de escribir es mi defensa contra el suicidio, como si escribiendo me escapara de mí mismo, escribiendo quizás podré contestar a la pregunta... qué será de mí, quién era y quién soy ahora mismo. Un capullo que rellena párrafos sobre  lo mal que hace las cosas, me convierte en un capullo con buen marketing.


Los vecinos siguen viendo algún canal temático en  la televisión. Tienen la tele puesta desde hace al menos 48 horas, sin descanso. Mis vecinos nunca duermen. Se pasan la vida paseando por la casa. A través de la pared se oye un estruendo de diálogos, luego un coro de risas. Luego más estruendo. La mayoría de las grabaciones de risas de la televisión se registraron a principios de los cincuenta. Hoy en día la mayoría de la gente a la que se oye reír está muerta.


Pienso que esto es lo mas parecido a un campo-santo. Muertos riendo por televisión, fantasmas enganchados al otro lado de la pared, acumulando semanas sin dormir y yo con mi resaca de Domingo al mediodía. Bienvenidos a los bloques del silencio en los barrios del sur de la Capital. A un paso por delante del coche fúnebre y a menos de un suspiro de otra noche blanca.


Sin moverme, mirando al techo, pensando, recuerdo:

"No exageres", gritó papá, mirándome.

jugar al fútbol en el campo corto, coleccionar sellos y tebeos, correr por escombreras que ya son parques y tirarme en la hierba riendo hasta que me meo encima. "joder", le dije, yo voy a ser mejor que un astronauta, verás mañana lo orgulloso que vas a estar de mi.  Agarré todos los caramelos que pude encontrar, monopolicé todos los los libros que pude desde lo alto de la librería, leí sin descanso desde por la tarde hasta la madrugada.
"El entusiasmo debe ser moderado" me sermoneaba el cura. Yo no quería el vaso lleno, quería todo el bidón. Quería todas las canciones, quería todo el amor del mundo. Todo lo que quería era TODO. Todo o nada, como en un juego a fuertes. un tipo duro que se apuesta a doble la última postura. NADA es mejor que poco, me decía.  ¿Me cambio mi canción?.  Me han convertido en un vagabundo de andar por casa, en zapatillas de felpa. Me casé con diez mujeres en diez paises diferentes, y no he escribí nada. Ni un puto poema que se pueda leer dos veces. En lugar de eso, tengo que  levantarme a las 5:00 como lo hago ahora de Lunes a Viernes. 


Aunque hace unos meses que no puedo cumplir con los horarios. Salgo un Martes, salgo un Jueves y salgo un Domingo, se me acumulan los días. Me llaman del trabajo, no contesto. Estoy cayendo. Quiero empezar otra vez, puedo hacerlo bien, pero solo necesito pasar el día y que me pase esta resaca para mañana tener ganas de volver a empezar. Entonces escribiré hasta el mediodía acerca de asuntos serios y profundos, iré a comer una comida baja en grasa y alta en fibras vegetales, me acostaré a las 22:00, pondré el despertador con cinco minutos de retraso: Y seré el Dios que gobierna mi vida.

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