sábado, 30 de abril de 2011

Cuando te encontré



Cuando te encontré, yo estaba de vueltas por los bares, para concretar... estaba de vuelta por todos los bares... Estaba harto de lo que dejaba atrás, y estaba cansado de arrastrar tras de mí tanta carga y no saber como deshacerme de tanto peso. Leía mucho y leía una y otra vez el Trópico de cáncer y el de Capricornio y la insoportable levedad y otra vez leía La noche de siempre. Escribía mucho y siempre escribía lo mismo, pensaba mucho y siempre pensaba mal, vacilaba mucho, dibujaba mucho, y todo era como si fuese mi último día, o casi siempre mi última noche... Salía mucho, bebía mucho, cantaba mucho, conducía mucho y al final  dormía bien poco... Daba un sentido a toda esa mierda que me tenía cosido, no cojido,  por los güevos. 
Giro mágico, artista madrileño sacado de las calles, que sigue siendo aquél muchachote sin condición que sigue mirando la luna y pensando en las nubes. El auténtico señor de las musarañas. El experto en desencuentros, máster en deshubicación. Toda una carrera cum laude con la especialización de salir corriendo. Desencontrándome, redefiniéndome y mirando mi reflejo todo el tiempo en un espejo retrovisor. Tan harto que estaba, que me cruzaba por las noches con mi otro yo, o con cualquiera.
Cuando te encontré, se rompió mi mala fama, dejé de mirar atrás y me ajusté a un horario de días soleados con horas para dormir todas las noches.



Con lo buena que está... y encima dice que me quiere, no se puede pedir mas, creo yo....

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