domingo, 13 de febrero de 2011

Una de gitanos


Tres veces conté el mismo chisme y me resultó. Soy gitano. Entonces veo a una turista atractiva y me arrimo. Tengo buen olfato. Soy gitano. ¡Cantidad de mujeres que les gustan los gitanos! Anoche me lié con Carol. Carol de Minnesota. Le dije que me llamaba Bavol. Que significaba Viento de ciudad. Le hablé de mi vida zíngara. De mi vida nómade. La blonda Carol extasiada. Decía: quiero ir a tu tienda. Quiero ir a tu tienda. Quiero ser tu mujer gitana esta noche. Tengo bien aprendido mi papel. Todo aprendido en la Wikipedia. No la llevé a mi tienda. No tengo tienda. No soy gitano. La llevé al Hostal Melissa. Ella pagó con su tarjeta. Luego se quedó dormida. Me llevé su cámara fotográfica y sus bragas. 

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