domingo, 14 de noviembre de 2010

Mata al pájaro. Guarda el canto.

Hoy el sol empezó a levantarse mas tarde que yo. Las horas de la mañana cada día son mas oscuras y yo me siento mas mayor que la semana pasada. Decidí llenar la casa de espejos, aquí donde tampoco existo. Para no verme, lo mejor es no mirarme. En el pasillo, quedo inmovil por tres minutos y luego duermo en el sofá por cuatro horas hasta que se hace de noche, soñando e imaginando como serían los seres que solo viven entre el atardecer y el amanecer.

Y ya son 35 minutos, nada mas
va a pasar hoy.

Ahora no digas una palabra más, ella duerme, duerme profundamente. Es que es otro el aire, otro el tiempo. Ahora, podría caminar en las calles sin que nadie lo notase. Antes de pudrirme. Es otro este este tiempo, El patio de atrás no es para los niños y los domingos son como un largo viaje por la tarde, de vuelta. Esta tarde no es para los que olvidan sus nombres.
 
Soy el bisonte. Mato al pajaro y guardo el canto. Recorro todo un continente y solo ves el polvo que se levanta a mi paso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario