"Aprendí que no se puede dar marcha atrás, que la esencia de la vida es ir hacia adelante. La vida, en realidad, es una calle de sentido único", es lineal como una road-movie, como el Jazz. No hay nada que comprender de todo ésto, la vida no se ha hecho para comprenderla, sino para vivirla. Esperas a mañana y pierdes el día de hoy. Todas las calles, todos los viajes, todos los cambios de domicilio parten de la calle donde creciste. Todo está más o menos lejos de tu calle. Tu viaje es desde entonces y hasta donde estás, a mil Kilómetros de esa calle, a 30 años de esa calle. O a unas cuantas manzanas. A unos cuantos accidentes de tráfico, a unos cuantos fracasos amorosos. A cada uno de los cambios de trabajo. A los mil cortes de pelo. A los 50.000 afeitados. A 4.000 camisetas sudadas. A una cantidad de gasolina difícil de calcular. A lo que te falta por volver. Al regreso de todas las vacaciones. Es la historia de tus pies. Volver al inicio, a lo que eras cuando tenías tu calle.
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