martes, 9 de junio de 2009

Tirantes

Tirantes sobre tirantes. Tirantes blancos sobre tirantes negros. Tirantes verdes sobre rojos y a su vez sobre mas tirantes. Todos los tirantes. Todos, de todos los colores, los tirantes. Si no hay educación, no hay respeto. Y hay mas tirantes, rosas, verdes y amarillos. Hablo claro, las consecuencias llegan, haciendo ruido. Sin palabra, no hay personas. Pero hay muchos mas tirantes, de colores, transparentes e inodoros, indoloros, inapropiados, sexys, diferentes. Tirantes de camiseta, de interior o de exterior, y siempre sobre otros tirantes.
Y luego están los que los miran, los que opinan. Porque aquí se opina. En el país de la opinión, de la no acción, opino sobre lo que opinas. Opino en el país de los opinadores. En la vida de los demás, claro, por que la vida propia es demasiado poco importante para hacer una opinión. Vamos a la no acción, al burladero. Lo suelto y me escondo. Presumo, me tiro el pisto. Soy hipócrita. Escotes y sujetadores, tirantes vistos y no vistos, de colores, de look de oficina, de pantalla de ordenador, de asiento caliente de tanto opinar. Tirantes elegantes o paletos, bastos o refinados, y luego están los que miran, los que se sientan a opinar, en una oficina, en una pantalla o a través de un teclado. Es la vida: Un puñado de gente aburrida que mira la televisión.

1 comentario:

  1. Me gusta mucho esta entrada, creo que tienes mucha razón con lo que dices.

    Un saludo, Lucía

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