martes, 11 de diciembre de 2007

Porqué ya no llevo el corazón en la manga

Mientras tanto... Decido que llevar el corazón en la manga no es práctico, lo hago regresar a la caja torácica de mi pecho y me sorprendo por la manera en que las cosas se muestran diferentes.
Una manga no es lugar adecuado para un corazón. Un corazón sangra y aunque la mayoría de mi ropa es de color negro, me cansé de que mi brazo siempre estuviese húmedo. Siempre lavándome las manos para no asustar a la gente cuando quería estrechar las suyas.

Luego existe el problema de mi torpeza. Tengo miedo de que se rompa, aunque soy bueno en el bricolaje y arreglo todo tipo de cosas, pero, aunque rara vez se cae, a veces mi corazón sale lanzado por el aire o salta por las ventanas. Y no voy a decir, como en la canción que está roto en dos mil pedazos, pero algún remiendo sí que tiene. Son las emociones, no quiero que éstas lo destruyan, no quiero archivos adjuntos, no quiero vaciar la papelera de reciclaje continuamente. Trato de que no lo persigan, lo atormenten, lo abracen, y sobre todo de que no se caiga, para romperse en dos.
Eso que siempre he intentado ser fuerte, y tener un corazón de piedra. De hecho lo aparento muy bien. He conocido gente con corazones de todo tipo, muchos lo tenían de piedra, pero también los había de gominola, o que licuaban horchata, algunos lo tenían directamente conectado a su nariz, o su hígado, o su polla. A veces te encontrabas con otros que lo tenían vacío, otros solitario y algunos con demasiadas particiones. Los hay felices y atormentados, pero lo que más hay son corazones cansados, por el tabaco, el sobreesfuerzo y la mala alimentación. Corazón grasiento que vive de menús XXL. Corazón anfetamínico, que por la noche se hecha sobre un somnífero. Corazones locos y divertidos. Y corazones grandes. Corazones al fin, todo el mundo tiene uno.

Además se quejaban en las bibliotecas, en los cines, y en las conferencias, incluso una vez en una iglesia, de que mi corazón hacía demasiado ruido. Los niños gritaban cuando me veían llegar con las mangas largas, chorreando... Y los vecinos, callaban pero miraban un poco de reojo.

Sí, las cosas son mucho más tranquilas ahora que mi corazón está, una vez más, encerrado dentro de mi pecho, donde sus condiciones de seguridad del resto del mundo....

Inspirado en textos varios de "Deconstructing Beauty"

3 comentarios:

  1. No creo que tu corazón sea de piedra, aunque intentes aparentarlo bien al final siempre alguien descubre con solo una sonrisa y con pocoas palabras las cosas dulces que pocos muy pocos pueden ver.

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  2. Muy Boris Vian, muy bonito.

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  3. el escondite perfecto está en las palabras

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