"Prometo escribiros, pañuelos que se pierden en el horizonte, risas que palidecen, rostros que caen sin peso sobre la hierba húmeda, donde las arañas tejen ahora sus azules telas. En la casa del bosque crujen, de noche, las viejas maderas, el viento agita raídos cortinajes, entra sólo la luna a través de las grietas. Los espejos silenciosos, ahora, qué grotescos, envenenados peines, manzanas, maleficios, qué olor a cerrado, ahora, qué grotescos. Os echaré de menos, nunca os olvidaré. Pañuelos que se pierden en el horizonte. A lo lejos se oyen golpes secos, uno tras otro los árboles se derrumban. Está en venta el jardín de los cerezos."
Leopoldo Maria Panero
...
"Los soldados eran jóvenes y fuertes, y tenían el corazón tan velludo como sus brazos. La violaron doce veces, una vez por cada año de vida de la niña, y Blancanieves por fin abrió los ojos, después de muerta, como si cada soldado hubiera sido un príncipe y cada violación, un beso..."
"¡Me pregunto si la vida de una niña merece la pena!
Estaba sola en el inmenso bosque
Tenía tanto miedo que me he quedado mirando las hojas de los árboles sin saber qué hacer.
Luego he echado a andar,
caminando sobre las piedras afiladas y las espinas,
y las fieras pasaban a mi lado sin hacerme nada,
miraban la sangre de mis pies
y pasaban a mi lado sin hacerme nada,
en vez de comerme
las fieras del bosque agachaban la cabeza,
suspiraban,
y pasaban a mi lado sin hacerme nada.
He caminado mientras mis rodillas me han sostenido,
hasta que ha empezado a oscurecer.
Entonces han pasado cosas horribles,
Las mujeres han empezado a ahorcarse de los árboles con sus medias.
Pero antes se han comido un trozo de sus abrigos
para tener un poco de fuerza y susurrar el nombre de sus hijos.
Se ayudaban unas a otras, unas a otras, unas a otras.
Primero sujetaban las piernas de la ahorcada
y luego las soltaban.
Sujetaban las piernas y luego las soltaban,
sujetaban las piernas y luego las soltaban.
Al final eran diez mujeres ahorcadas,
parecían galgos de lo secas que estaban.
¿Lo escuchas? Escucha el llanto de las fieras del bosque."
...
Angélica Lidell
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