Mujeres imposibles

Mujeres imposibles y de dos metros de estatura. Mujeres pequeñas, contorsionistas, fumadoras y otras de mármol que ni fuman ni beben. La que salta al vacío y la que te atropella mientras sonríe. La intelectual de izquierdas. Las que no se desnudan porque no quieren quedarse embarazadas. Las que solo la chupan. Las intocables que no quieren ser madres. Las desesperadas. La que no utiliza la nariz y solo respira por la boca. Las amas. Las que caminan deprisa, y las otras que parecen estar siempre quietas. Las que llegan vírgenes a su propia boda. La bomba sexual. Las que se desnudan porque le caes simpático y te gusta la misma música. La que se cree tus mentiras. La infiel. La rubia que baila música alternativa igual que a Shakira. La que se maquilla. La pelirroja que tropieza y no se sonroja. La morena que solo se entrega por amor. La que te mira de reojo. La amante del riesgo. La que hace el amor y la que te folla, la otra que hace las dos cosas. La que trae el frío. La suicida. Las que odian los órganos sexuales y sus enunciados. La que piensa solo en ti. La que te lo dice a la cara. La que te engaña. La que solo lo hace en el sofá y respeta la cama de su marido. La que huele bien, y la que sabe a leche descremada. La de los pezones negros. La depilada. La que solo quiere a su perrito. La que te compara con su padre. La que prefiere a un famoso, o rico, o poderoso, o simplemente guapo. La mujer que simula dormir. La que no te entiende. La que lo hace porque sí. La que lo olvida. La que piensa como su madre y la que necesita gafas que no le gustan los tacos. Las respetables. La que no quiere nada de ti. Las que son peor de lo que se dice de ellas. La amiga de tu madre. La que prefiere no hablar. Las competentes. La que fue tu profesora. Las líderes de opinión. La que compra, vende y grita. La que se vende, recuerda y miente. La diosa, la depresiva y todas las demás. Todas ellas terminarán sacándote de quicio.

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Inspirado en un poema de Nicanor Parra, a modo de ejercicio antipoético.

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A modo de ejercicio antipoético:

1.- copia el texto.

2.- cambia el título por "Hombres imposibles"

3.- Sustituye la palabra "mujer" por la palabra "hombre", "la" o "las" por "el" o "ellos", "madre" por "padre", y todas las demás palabras que refieran al género femenino por masculino.

4.- Vuelve a leer el texto y añade a la lista aquellos ejemplos que he olvidado mencionar y que para ti son necesarios.

5.- Firmalo con tu nombre

6.- Sonríe y piensa que todos ellos te sacarán de quicio.