martes, 5 de junio de 2007

sobre la pintura 9ª parte

" No hay contenido alguno de felicidad de la representación artística, sino la ficción de felicidad en quienes se identifican con esos esclavos llamados "artistas". No la hay tampoco en las obras de arte; objetos variables, prescindibles, cambiantes y efímeros que surgen de la nada y vuelven a ella por el capricho de un puñado de hombres. El deseo de felicidad mantiene presente el mito del artista, como mantiene el mito del guerrero y del santo, incapaz de admitir mito alguno para el funcionario y el gerente. Inventamos artistas y obras de arte como inventamos un amor o como inventamos una historia fantástica ( descendientes de Roma y Grecia, herederos de la latinidad ) o chulesca ( descubridores de América, inventores de paraguas ). Cada una de estas BALADRONADAS oculta cuidadosamente un temor, una inseguridad. El miedo es el padre de la "infancia feliz", de la "felicidad amorosa", de la "creación felicísima". Miedo a la insignificancia, a la idiotez, a la pobreza, a invalidez, a la humillación, a todas las espantosas IMPOSICIONES de la vida organizada en tanto que infierno, que es lo que realmente vivimos."
...
Félix de Azúa
"Historia de un idiota contada por él mismo"

2 comentarios:

  1. ¿Estás de acuerdo con la reflexión final que saca Félix de Azúa de esta novela? ¿En serio me estás diciendo que ni siquiera el arte te da la felicidad? no lo creo Javier

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  2. Creo que la conclusión del libro está en que la felicidad no existe en nada concreto, que no se puede administrar felicidad, que es algo inconsciente y particular. No hay una receta para ser feliz.
    En cuanto al texto de aquí, estoy de acuerdo en casi todo, menos en que vivamos en un infierno. Yo, la mayor parte del tiempo soy un tipo feliz. Soy un idiota a mi manera.

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