martes, 20 de noviembre de 2018

Hacer de la verdad una mentira


No me gustan los cuadros torcidos.
Me gusta pasear.
Cuando paseo, pienso en cosas importantes.
Tú. 
Tú eres importante. Por eso pienso en tí.
Me gusta seguir caminando y mear en lo más profundo del bosque.
No me gusta el pelo de tus piernas.
Me gusta tu sonrisa.
Me gusta preguntar: "¿Quién vive ahí?",
 mirando a lo más alto de las torres de la Castellana.
No me gusta la televisión al mediodía.
Me gusta caminar con los dedos sobre el mapa. 
Ir de Malasia a Escandinavia, de la panadería al Mar de los Sargazos. 
Y andar descalzo sobre la espalda de un gran Cetáceo.
No me gusta el sonido de las  sirenas.
No me gusta el moho sobre la verdura en lo más fondo del refrigerador.
No me gusta pensar en cuando voy a morir.
Me gusta liar tabaco portugués en la piel de una cebolla, 
pero no me gusta fumar.
Me gustan los caballos.
Me gusta el verano y andar desnudo por la casa.
Me gusta cuando llueve y no salgo a la calle.
Me gusta cambiar la perchas de sitio, y organizar los armarios.
La orilla de los ríos.
Me gustan los umbrales y el tibio de tus manos 
y el beso que te doy mientras paseamos.

...
Inspirado en la lectura de un texto de 
Billy MacGregor

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