martes, 7 de julio de 2009

Mamada


Mamada: Algunas madres temen que se extienda el periodo del chupete en sus hijas, ya que esto les fijaría la idea de succionar, convirtiéndolas en verdaderas chupapollas en potencia. O madres que les enchufan el chupete a la fuerza para que sus hijas se saquen el gusto de chiquitas y no se vayan a quedar en la etapa oral, lo que les llevaría a chupar

todo lo que se les presente para recuperar el tiempo del chupete perdido.

En fin, también he escuchado de algunas madres que la forma cilíndrica, el contenido lácteo y hasta la temperatura del biberón mantienen una estrecha relación con la imagen fálica.

Y ninguna madre desconoce, por otra parte, que del inofensivo acto de chuparse el dedo, su hija pasará a chupar un chupete, a chupar el lápiz - Y hasta mordisquearlo -, a chupar un cigarrillo, a chupar la botella de coca-cola mejor que el vaso y, por fin, su hija señora, pasará a chuparse a otra persona.

A todo esto, ¿para qué estamos los hombres?, para darle gusto a las mujeres. El sexo es animal y la succión aumenta el tamaño.

El Tomi

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