Desde que en la década de los 90 el precio de los ordenadores cayó en picado, mucho disponen de algún ordenador en casa y en el trabajo. Aunque la vida útil de estos equipos se estima en diez años, al cabo de unos tres o cuatro ya han quedado obsoletos debido a los reherimientos de los nuevos programas y las nuevas versiones de los sistemas operativos. Adquirir un nuevo equipo informático es tan barato que abandonamos o almacenamos un ordenador cuando todavía no ha llegado al final de su vida útil, para comprar otro nuevo, desconociendo el enorme coste ecológico que comporta tanto la producción como el vertido de ordenadores.
Los residuos electrónicos de los equipos informáticos generan una serie de problemas específicos:
- Son tóxicos. Los componentes tóxicos más comunes son el plomo, el mercurio, y el cadmio. También llevan selenio y arsénico. Al ser fundidos liberan toxinas al aire, tierra y agua.
- Se suelen llevar a países del tercer mundo. Es rentable hacerlo, así que la basura informática que nosotros producimos, se envía a países del tercer mundo que se convierten en receptores de nuestra contaminación. En estos países puede haber muchas personas empleadas en extraer los componentes valiosos de un ordenador.
- Son tóxicos. Los componentes tóxicos más comunes son el plomo, el mercurio, y el cadmio. También llevan selenio y arsénico. Al ser fundidos liberan toxinas al aire, tierra y agua.
- Se suelen llevar a países del tercer mundo. Es rentable hacerlo, así que la basura informática que nosotros producimos, se envía a países del tercer mundo que se convierten en receptores de nuestra contaminación. En estos países puede haber muchas personas empleadas en extraer los componentes valiosos de un ordenador.
En los cajones de muchos hogares españoles se acumulan miles de teléfonos móviles que no funcionan o han sido marginados por las nuevas generaciones. La esperanza de vida de un móvil no alcanza los dos años, momento en que terminales (carcasas, pantallas LCD, componentes eléctricos, etc.), baterías y accesorios (cargadores, antenas, manos libres...) se convierten en detritos, altamente contaminantes en algunos casos (el cadmio que contiene una sola batería basta para contaminar más de 600.000 litros de agua) pero reutilizables en un 90%.
Se calcula que sólo cuatro de cada diez celulares que hay en el mercado español están operativos, con lo que hasta 20 millones de teléfonos de los más de 50 millones vendidos desde principios de los 90 no es más que ‘basura móvil’.
En la actualidad muchos hogares pueden tener hasta 8 cargadores y 3 baterías de aparatos que ya no utilizan y no son compatibles con los nuevos del mercado.
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"Basura tecnológica" de National Geographic
"Chatarra electrónica" de Wikipedia
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