" Mira a tu alrededor, todos ellos son feos, muy feos... Sin embargo ellas... ellas están todas buenas"
De "Las leyes del bar" según S.S.
o la vida contada dentro de un barril de cerveza.
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Un argentino lanza una campaña para cobrar impuestos a las personas consideradas guapas, con el fin de compensar por sus padecimientos a aquellos que supuestamente han sido menos favorecidos por la naturaleza.
Esta curiosa iniciativa tiene como objetivo impulsar un debate sobre el culto a la belleza en Argentina y su influencia en ámbitos como la política, las empresas y la educación.
El impulsor del impuesto es el escritor
Gonzalo Otálora, de 31 años, quien armado con un megáfono suele reclamar frente a la Casa Rosada, en Buenos Aires, por los derechos de aquellas personas que la sociedad juzga feas.
Otálora, quien se ubica a sí mismo en el grupo de los menos agraciados, sostiene que los feos no tienen los mismos derechos que los lindos en Argentina. Y lo dice por experiencia.
Si hace siete décadas el francés Boris Vian publicó una novela titulada "Que se mueran los feos", Otálora contraatacó con el libro "
Feo", donde cuenta en primera persona las penurias que ha sufrido por su presunta carencia de belleza.
"Yo pensé que si hacía dieta, iba todos los días al gimnasio y me sometía a una cirugía estética podía ser feliz. Y me di cuenta de que hice todo eso y no me sentía pleno. No me cambió la vida".