"Por ejemplo, cuando Harry en su calidad de hombre tenía un bello pensamiento, o experimentaba una sensación noble y delicada, o ejecutaba una de las llamadas buenas acciones, entonces el lobo que llevaba dentro enseñaba los dientes, se reía y le mostraba con sangriento sarcasmo cuán ridícula le resultaba toda esa distinguida farsa a un lobo de la estepa, a un lobo que en su corazón tenía perfecta conciencia de lo que le sentaba bien, que era trotar solitario por las estepas, beber a ratos sangre o cazar una loba, y desde el punto de vista del lobo toda acción humana debía resultar horriblemente cómica y absurda, estúpida y vana. (...) Pero cuando actuaba como lobo, la parte de hombre que llevaba le llamaba animal y bestia, y le echaba a perder y le corrompía toda la satisfacción en su esencia de lobo, simple y salvaje. Así estaban las cosas con el lobo estepario, y es fácil imaginar que Harry no llevaba precisamente una vida agradable y venturosa".
Fragmento de "El lobo estepario" de Herman Hesse
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