viernes, 26 de junio de 2020

Suerte


Tengo Suerte. Siempre he tenido suerte. Mucha suerte.
Nunca he tenido otra cosa que suerte.
Y siempre le he dado mucha importancia a mi suerte.
Porque mi suerte siempre me ha salvado.

Caigo de pié.

No es una suerte que me haga millonario jugando a la lotería.
Ni es una suerte que me haga triunfar en el mundo del espectáculo.
No me hace popular ni casi famoso.
No es eso. Mi suerte es, casi siempre, más profunda.
Y otras veces, como de andar por casa.

Tampoco se trata de tener dinero.
Nunca he tenido dinero, porque todo el dinero que he ganado, siempre ha sido para dar.
Mucho dinero que nunca ha sido mío.
Porque el dinero nunca me ha pertenecido.

En cuanto al dinero, siempre he sido más bien el medio que el fin.
Una especie de conductor de cantidades variables en forma de transferencias destinadas a muchas razones por las que seguir trabajando.
Una responsabilidad.
Eso es el dinero.

Pero no quiero hablar del dinero, quiero hablar de la suerte.

En realidad mi suerte son las personas.
Conozco gente que haría lo que fuese por mí y conozco personas que me quieren de verdad.
También tengo suerte de querer a mucha gente, aunque no se lo diga.
Saben que yo no soy muy de cariños ni de abrazos.
Yo soy más bien distante y un poco ogro, pero con corazón.

Tengo suerte. Mucha suerte.
Mucha suerte en el amor.
Siempre digo: "Paola, que suerte tienes de haberme conocido."
Aunque en realidad es al revés.
Yo, Sí, que tengo suerte: "Paola, que suerte tengo de haberte conocido"

Ahora mismo pienso que:
Siempre he sido afortunado.
Siempre he tenido suerte.
Y siempre he vivido bien.


Miro a mi mujer durmiendo, mientras termino de escribir este texto.
Luego lo publico, apago la luz y duermo a su lado otro año más.
Otra vez empieza el Verano.
Tengo mucha suerte.

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